Los valores que caracterizaron a la Liga
Nacional de Fútbol Femenino (LNFF) en 2018 fueron el respeto y la
responsabilidad. Otro adjetivo calificativo puede ser: seriedad. El campeonato
cumplió satisfactoriamente dentro y fuera de la cancha, pero las metas para
2019 son dejar la vara aún más alta y ser un torneo modelo en el continente. El
semillero del balompié femenino dará un salto de calidad y empezará a transitar
una ruta, amparada por la Licencia de Clubes, donde las condiciones de juego
serán profesionales.
“Las expectativas que tenemos es que sea un
torneo profesional, se lo explicamos a los clubes y están contentos. Les
dijimos no profesional porque se les paguen a las jugadoras, sino que las
condiciones sean de un torneo profesional”, explicó Luis Vásquez, presidente de
la Comisión de Fútbol Femenino. Ese encuentro con los clubes fue el miércoles
16 de enero en la sede de la Federación Venezolana de Fútbol, en Caracas.
El directivo profundizó: “Exigiremos que se
cumplan los requisitos mínimos de la Licencia de Clubes como canchas en buenos
estados y que los estadios tengan camerinos, por eso se harán inspecciones. No
puede haber contrastes como el año pasado, equipos que no marcaban la cancha o
no tenían en donde sentarse las niñas”. En ese encuentro asistieron 16 equipos,
ya que mucho tuvieron “problemas logísticos” en su traslado, pero todos los
equipos que compitieron en 2018 mostraron la intención de volver a participar.
Por esta razón, el campeonato de 2019 puede
marcar un antes y un después. “Será un torneo de adecuación, porque queremos la
profesionalización de la liga. A partir del próximo año se aplica la Licencia
de Clubes y vamos a exigirle progresivamente ciertas condiciones a los
equipos”, soltó Vásquez. El directivo acotó: “Apuntamos que de aquí a tres años
la liga esté consolidada y con equipos que realmente puedan participar”.
La masificación como deber
La LNFF es un torneo de desarrollo que se
ha convertido en la cantera de la Superliga Femenina. Uno de los deberes de
este certamen es la masificación. En el Apertura 2018 compitieron 25 equipos,
mientras que el Clausura fueron 26 gracias a la adición de Baruta FC. Para esta
edición muchos equipos han mandado su carta de intención de partición y se
espera que el torneo supere la barrera de los 30 conjuntos.
“Aspiramos a que participen 36 equipos en
esta nueva versión que será un torneo largo”, explicó Vásquez sobre el nuevo
formato. Por los momentos cuentan con 32 equipos seguros, pero el número puede
ascender hasta 40 elencos. La ayuda de la Conmebol colaborará para materializar
esta propuesta.
El directivo ya adelantó conversaciones con
el ente rector del balompié sudamericano. “Estuve en un workshop, en Uruguay,
donde se discutió la nueva visión del fútbol femenino de Conmebol. También me
reuní con el representante de Conmebol en femenino. Llegamos a un acuerdo para
financiarnos la liga, pero ellos piden como requisito, al ser liga de
desarrollo, que cada equipo debe disputar como mínimo 18 partidos”, expuso
Vásquez.
El lunar de la LNFF la temporada pasada
fueron los traslados de cara a la fase finales, ahí entraría el músculo
económico de Conmebol. “Elaboramos un proyecto para que Conmebol cubra las
distancias finales, siempre y cuando se cumpla el número de partidos por equipo
(…) La Conmebol cubriría desde el arbitraje hasta la dotación de balones”,
aseveró Vásquez. El presidente de la Comisión de Fútbol Femenino indicó: “El
objetivo es que el próximo año cubran todo, por eso el campeonato de 2019 tiene
que ser un torneo modelo”.
Un nuevo formato
En el pasado quedaron los torneos cortos y
se le abren las puertas un campeonato largo. La meta es que la primera fase se
realice por zona geográfica con grupos de ocho o 10 equipos.“En la primera fase
pasarán de ronda cuatro equipos por grupo, luego vendrá un torneo
inter-regional con los equipos de más nivel y más músculo económico, esperemos
que Conmebol de su aporte con los gastos a partir de ahí”, comentó Vásquez.
La idea es que ese torneo inter-regional se
divida en dos grupos: Centro Oriente y Centro Occidente, donde clasificarán los
dos mejores a la etapa final. El título se definirá en un cuadrangular final en
territorio neutro. “Esperemos que nuestro Centro de Alto Rendimiento en Yaracuy
esté listo, porque cuenta con las condiciones ideales para albergar este
evento”, dijo el directivo.
Bajo este esquema muchos equipos podrán
participar por las facilidades económicas, además los conjunto que no logren
superar la primera fase se mantendrán en competencia en un campeonato paralelo.
De esta forma, todos podrán disputar ese mínimo de 18 partidos que exige la
Conmebol. La reunión definitiva para afinar todos los detalles será el próximo
16 de febrero.
Un espectáculo de calidad
El nivel que se vio en las canchas durante
2018 fue muy positivo. El torneo dejó como saldo a Dynamo Puerto como campeón
del Apertura y a Arroceros de Calabozo como monarca del Clausura y Absoluto.
Para esta edición se espera que el espectáculo sea cada vez mejor y se vea un
crecimiento en balompié formativo venezolano.
“El espectáculo subió una barbaridad con
jugadoras de mucha proyección. Los equipos de Superliga están buscando
jugadoras en la Liga Nacional (…) En el punto de vista organizativo entre el 2017,
con respecto a 2018, el tema de las incomparecencias mejoró mucho; incluso
entre Apertura y Clausura del año pasado se vio la diferencia”, explicó Vásquez
sobre el desarrollo del campeonato.
Esto ha permitido que equipos como
Estudiantes de Caracas y Mineros de Guayana tengan intención de presentar un
equipo de reserva para la LNFF, además de participar en Superliga. “Los equipos
profesionales están pensando formar sus canteras en esta Liga (Nacional).
Tienen su proyecto bien defendido, porque saben que viene el año de la
explosión del fútbol femenino”, afirmó el directivo. Los fichajes iniciarían el
15 de febrero y el balón rodaría a partir del 16 de marzo.
Vía: Prensa Femenino FVF
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